¿Exilio o emigración económica? (#Cuba #Miami)

Arthur González.

Está claro para casi todos, que el sol no se puede tapar con un dedo, excepto para los congresistas norteamericanos nacidos en Cuba, Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz Balard, Albio Sires,  y los Senadores Robert Menéndez y Marco Rubio, todos integrantes de la mafia anticubana. En este sentido, me refiero a la verdadera  causa de la emigración desde la isla.

Para estos mafiosos la gente sale de Cuba “huyéndole a la persecución comunista” y por eso debe mantenerse la terrible “Ley de Ajuste Cubano”, que estimula las entradas ilegales en territorio norteamericano de cualquier cubano, esté en Cuba o en Barcelona desde hace 10 años, no importa, para ellos es un “perseguido político” y tiene derecho a acogerse al refugio que pagan con sus impuestos los contribuyentes norteamericanos.

Pero esta mentira no puede sostenerse por mucho tiempo, ya que la verdad se filtra como la luz entre las rendijas de las ventanas y así fue relatado reciente en el sitio Cubanet, en el cual se narra una historia muy común en el Miami actual, donde un cubano acogido al plan de visas de los EE.UU. para Cuba, dejó atrás sus comodidades y buena vida en la Isla para intentar alcanzar el sueño americano en la Florida.

El sujeto abandonó en la Isla una buena y bien equipada casa, auto moderno, dinero y pocas horas de trabajo diario, por ir a Miami, donde se encontró sin techo, auto y trabajo. Después de un duro bregar, logró un puesto en “Mc Donald´s”, con una fuerte y mal pagada jornada laboral, y a duras penas un diminuto apartamento donde vivir, el cual paga su mujer pues su salario no alcanza. El sueño americano se le ha trastocado en pesadilla.

Solo entonces fue que comprendió el error de dejar su Patria por buscar más abundancia y la forma de vida que se exhibe en filmes y videoclips made in USA. En Cuba no tenía problemas ni era perseguido político.

Gente como él los hay por cientos de miles y en cuanto ahorran unos centavos van corriendo de vuelta a su tierra para respirar el aire, mirar el cielo, recorrer las calles de su barrio y bailar en una buena música en las discotecas con sus viejos amigos, mientras disfrutan con nostalgia un buen ron Havana Club.

De perseguidos políticos ni la sombra.

Publicado el 16/11/2012 en Opiniones. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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