Gross y la USAID. (#Cuba #Miami #España #USAID #DDHH)
Por: Pedro Díaz Arcia.
La ultraderecha norteamericana rechaza cualquier proceso negociador con Cuba. En 2011, el entonces representante republicano por la Florida, el corrupto cubanoamericano David Rivera, exigió a la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Wendy Sherman, que revelara ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja si el Gobierno estadounidense había entrado en tratos con La Habana para la liberación del contratista Alan Gross. Rivera calificó entonces de “indignante que la Administración Obama negociara con un régimen terrorista para liberar a un rehén estadounidense”.
Como es de conocimiento público, el contratista actuó para la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), bajo la sección 109 de la extraterritorial ley Helms-Burton, condenada por las Naciones Unidas por violar la soberanía cubana.
La USAID, que fue creada en 1947 en el contexto del Plan Marshall y oficializada en 1961 por el presidente John F. Kennedy con el fin de brindar asistencia a países víctimas de desastres o luchar contra la pobreza, entre otros propósitos alturados, devino en una entidad dedicada a organizar fuerzas militares élites fuera de sus fronteras para luchar contra el comunismo, los movimientos revolucionarios y los sectores de izquierda en cualquier parte del mundo.
América Latina ha sido uno de sus principales objetivos. Miles de agentes de la CIA y el FBI, expertos en técnicas de investigación, recopilación de información, búsqueda, detención, torturas y asesinatos asesoran a los sicarios locales en la represión más brutal. En el año 2009 la USAID fue incorporada a la Iniciativa Interagencial de Contrainsurgencia de Estados Unidos.
Al margen de las disputas acerca de una solución del caso, el contratista y su esposa Judith Gross presentaron una demanda contra el Gobierno de Estados Unidos por una cifra ascendente a 60 millones de dólares, pues afirman que necesitan “algún tipo de compensación”. Para Judith la USAID envió a su esposo a una encerrona, pues debían tener nociones del peligro que corría y “fueron totalmente negligentes”. Se quejó de haber acudido a ambos gobiernos sin resultados hasta ahora. Y es que falta la voluntad por parte de Washington, que aspira a las facilidades de una liberación unilateral sin apostar nada a cambio, pues ignora de antemano la necesidad de una negociación que permita dirimir, si es posible, la situación de Gross conjuntamente con la de los antiterroristas cubanos. Pero el Departamento de Estado opina que los casos “no son comparables”.
Mientras tanto los hilos de la manipulación internacional se mueven en distintas direcciones. Presionado por Washington, recientemente el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas declaró arbitraria la detención del norteamericano. Se trata del mismo órgano que en mayo de 2005 también declaró arbitraria la detención de “Los Cinco”: procesados “sin debido acceso a los abogados y a las evidencias del caso”, en un clima de predisposición y prejuicio que virtualmente los condenó antes de juzgarlos. Mientras que Alan Gross fue detenido, procesado y sancionado con todas las garantías y derechos propios de un debido proceso judicial.
¡Junto a Gross, quien está sujeta a juicio es la USAID, que desde sus embozados orígenes no ha cesado su infame cruzada en nuestras tierras!
Publicado el 12/12/2012 en Opiniones. Añade a favoritos el enlace permanente. 1 comentario.
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