Memoria y actividad mental (#Cuba #Mexico #Chile #Perú)
Por Dr. Alberto Quirantes Hernández
La memoria es un producto de las funciones cerebrales y parte de los procesos de la cognición. Con ella el organismo almacena la información de los hechos transcurridos, los codifica y es capaz de evocarlos.
La cognición, voz proveniente del latín cognoscere, significa conocimiento o acción de conocer. Comprende otros procesos además de la memoria, tales como aprendizaje, atención, toma de decisiones, razonamiento, solución de problemas y procesamiento del lenguaje.
Al incluir funciones cerebrales sofisticadas, la cognición es una de las características de los seres vivos para procesar la información proveniente de la percepción, de la experiencia y de características subjetivas. Permite una adecuada valoración de las informaciones recibidas.
PARA CONSERVARLA MEJOR
Emplear bastante tiempo en la lectura, la escritura y otras diferentes maneras de incorporar nuevas informaciones es una forma eficaz de reducir o detener la pérdida de la memoria y otras habilidades cognitivas que pudieran sobrevenir con el paso de los años a algunas personas.
De ahí la utilidad de mantener la mente ocupada en actividades intelectuales de diversa índole. Pero este entrenamiento mental, de mantenerse cognitivamente laborioso, es de mayor utilidad si se comienza desde la juventud y la madurez.
CONFIRMANDO LOS INDICIOS
En el Centro Médico de la Rush University de Chicago se realizó una investigación a más de 1 600 adultos mayores a partir del año 1997, publicada en la revista Neurology.
A todos se les preguntó la frecuencia con que asistían a una biblioteca, escribían cartas o buscaban información desde que eran niños, adultos y adultos mayores.
El grupo en su conjunto fue evaluado anualmente de manera evolutiva en relación con la memoria y otras funciones cognitivas.
Mantenerse “cognitivamente activo” en la juventud y la madurez estuvo asociado con un mejor rendimiento en las pruebas de memoria a los 80 años de edad.
MENTES POCO UTILIZADAS
En aquellos con pocas actividades cognitivas, la memoria y las habilidades de conocimiento se deterioraron un 48 % más rápido. De forma opuesta, en los más activos cognitivamente el desgaste fue de un 32 % más lento.
Cuando fue evaluada la pérdida de las funciones cognitivas, el quebranto se aceleró un 42 % en quienes rara vez habían leído y escrito durante la niñez y la juventud. Pero se retrasó un 32 % en aquellos muy avispados cognitivamente.
Con esto se confirma el inmenso beneficio de este tipo de actividades. Y mientras más temprano se comiencen será mejor. Pudiera ser denominada una inversión de futuro.
PARA NUESTRO INDUDABLE BENEFICIO
Mantener estilos de vida saludables y una buena salud son requisitos indispensables para concentrarnos en emprender o mantener tareas intelectuales de mayor alcance.
Y como un estilo de vida cognitivamente activo es bueno para la salud cerebral en la tercera edad, es necesario practicar sistemáticamente actividades estimulantes, desafiantes y llevaderas en esta esfera, a fin de alcanzar un envejecimiento saludable y feliz.
Publicado el 07/10/2013 en Ciencia y etiquetado en cuba, entrenar la memoria, la memoria, procesamiento del lenguaje. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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