Violencia o delito, ¿quien responde?

Por Ramón Bernal Godoy.

El diario Granma publica hoy, 18/02/14, un análisis certero del periodista Oscar Sánchez Serra (http://www.granma.cubaweb.cu/) donde se profundiza en antecedentes, causas y condiciones que propician la irrupción de acciones violentas en actividades deportivas. Sánchez “aterriza” oportuna y valientemente este fenómeno en nuestro Béisbol, cual no es secreto que atraviesa no solo el peor de sus momentos en resultados internacionales sino también en cuanto a desempeño de sus árbitros y disciplina de sus jugadores se trata.

Sin embargo no me referiré de modo general a esta temática sino al lamentable -y mal llamado- incidente entre Matanzas y Villa Clara en la noche de ayer. Digo mal llamado porque debería llamarse por lo claro, por lo objetivo y en ese caso nada más apropiado que hablar de AGRESION con peligro para la vida o DELITO grave cometido en un terreno de béisbol por un jugador matancero. Sí, así mismo es, lo ocurrido ayer es una conducta tipificada en nuestro código penal, se trata de una figura delictiva de la cual no puede quedar exonerado ni un científico, ni un doctor, ni un dirigente, ni tampoco un deportista.

¿Que hubiese sucedido si los dos intentos de batazos por la región craneal abanicados por Valdés hacia Freddie Asiel hubiesen hecho blanco, ¿no es eso un intento de asesinato?, ¿suena duro?, explíquele a la familia de Freddie Asiel que no hubo intencionalidad homicida en esa agresión, ¿como quedan las lesiones causadas a Lunar? ¿Es inmune Demys Valdés a nuestras leyes por vestir un uniforme deportivo?

La Comisión Nacional de Béisbol y el INDER tendrán que meditar sobre esto, no es la primera ocasión que peloteros se atribuyen el derecho de agredir bate en mano a otro jugador o arbitro sin ser llevado ante nuestros tribunales. Esta especie de inmunidad no hace bien y a la larga se convierte en un boomerang que daña la imagen de Cuba y su deporte, ya lo estamos sufriendo.

Estoy de acuerdo con el periodista de Granma al elogiar la actitud mesurada de Víctor Mesa y criticar la falta de previsión y pasividad de Ramón Moré y el arbitro principal Osvaldo de Paula, ellos pudieron evitar lo sucedido, es cierto, pero estoy en desacuerdo con priorizar un enfoque que se centra más en la supuesta “soberbia” e intencionalidad de Fredie Asiel al lanzar esos dos pelotazos que en la reacción criminal de Valdés, quien para empeorar su situación no estaba involucrado en la jugada (¿premeditación?). Ni Santoya, ni Víctor Víctor con la sangre caliente y un pelotazo recibido reaccionaron de modo descompuesto, tampoco Víctor Mesa ni alguno de sus jugadores regulares, fue simplemente un pelotero del dogout, alejado de lo que se llama el “calor del juego”.

No justifico la posible intencionalidad del lanzador villaclareño con esos dos pelotazos, como tampoco justifiqué la conducta de Vladimir García frente a Lunar, los dos mejores lanzadores de la nación no tienen el derecho de golpear conscientemente a un compañero con lanzamientos a 90 o más millas por horas, es un acto deplorable, más sin embargo intento ser justo y dar el llamado “beneficio a la duda” y en el caso de Freddie Asiel lo puedo hacer pues se trata del pitcher cubano que más pelotazos otorga por su costumbre de dominar con screwball y rectas pegadas, ahora bien, que “beneficio” puedo dar a Demy Valdés, ¿Por qué entonces no llamar las cosas por su nombre?

La prensa deportiva tiene que jugar también su papel, de manera general aplaudo el articulo y la intención de Sánchez Serra, todo lo contrario al papel que juegan periodistas o comentaristas locales que en sus blogs o espacios  digitales de los medios de prensa que representan, exacerban las tensiones. Por ejemplo, Dagoberto Arestuche, del periódico Girón la emprende esta mañana contra la selección de Villa Clara la cual califica de “selección de tan penosos espectáculos en esta campaña” y acusa pelotazos pasados (como el de Alain Tamayo frente a Denis Laza)  como actos de agresión intencional, usa términos poco profesionales para describir la actuación de Freddie Asiel al resumirla en “salió apabullado y tragó la soberbia”, su enfoque tiene más de justificativo que de critico y constructivo, contiene más de regionalismo que de objetividad, lamentable. Para él y otros que mal interpretan su profesión, también para aquellos responsables directos e indirectos de incidentes como estos, para los agresores y para los violentos les dejo las palabras finales de Oscar Sánchez en su mencionado articulo: “De esta forma (…) no vamos a ganar ni en la Serie del Caribe, ni en ningún lugar, no por falta de oficio o profesionalismo, sino por carecer de profesionalidad”.