Antes de 1959 burló a más de un esbirro batistiano con astucia e inteligencia en las calles de su Santiago querido. Auxilió a compañeros de lucha heridos o perseguidos. Subió a la Sierra Maestra. Luego, posterior al triunfo de la Revolución, se encargó de levantar las banderas que claman por los derechos de la mujer. Participó en trabajos voluntarios, desfiles o movilizaciones. Fue una soldado intachable. Fue una mujer, heredera de la estirpe de Mariana Grajales y Ana Betancourt.
Cinco cubanos: Fernando González, René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, además de asistir a un juicio desleal, en el que se les condenó sin pruebas, permanecieron en la Unidad de Albergamiento Especial conocida como El Hueco, en el Federal Detention Center de Miami por 17 meses, a pesar de que el reglamento de prisiones de Estados Unidos considera en 60 días el tiempo máximo de castigo. ¿Qué hicieron? Defender a su país del terrorismo que se gesta y se financia desde Miami. Lee el resto de esta entrada