¿Una nueva Operación Cóndor?
José Maria Rabelo/Diálogos del Sur
Está sucediendo, en absoluta armonía, en Brasil, Venezuela, Argentina, Ecuador, Chile, Nicaragua, y sólo no ve quien no quiere. Donde hay un gobierno popular, movimientos conspiratorios salen de la oscuridad para exponerse a la luz del día, con su mensaje francamente golpista, como si atendieran a una misma orden.
Las clases dominantes que tradicionalmente tenían el poder en América Latina no permiten el surgimiento de fuerzas alternativas, como ha ocurrido en muchas partes del continente en los últimos años. Los procedimientos son más o menos lo mismo, de norte a sur: agitaciones en la calle y cacerolazos, intentos de desestabilización, ya sea en el Congreso o en los tribunales; implacable campaña de desgaste promovida por los medios de comunicación, con amplia repercusión en las cadenas internacionales.
No puede ser sólo una coincidencia. Hay un acuerdo claro, desde Buenos Aires a Managua pasando por Brasilia, Santiago, Quito y Caracas y, en menor medida, La Paz, Lima y Montevideo.
Al igual que en la Operación Cóndor, en los años 70 y los años 80 del siglo pasado, los líderes de este movimiento espurio se entienden, se visitan, se intercambian mensajes de solidaridad, sino recientemente vimos en ese espectáculo bufo de Aécio ay otros legisladores en Venezuela.
A pesar del fracaso, no se dan por vencidos y ya anunciaron nuevas intervenciones, pero no recuerdan que hay a pocos kilómetros de distancia un calabozo siniestro, la base estadounidense de Guantánamo, que viola todos los derechos humanos.
La Operación Cóndor fue así, sólo que a la sombra de las bayonetas de las dictaduras que gobernaban nuestros países. Sus agentes utilizaron sus armas; Ahora sus sucesores tienen cobertura de los principales medios de comunicación y de sus respectivas bancas en el Congreso.
Y el dinero, mucho dinero, que no se sabe de dónde viene. ¿No se sabe?
Durante la Operación Cóndor no se sabía. Luego, con la caída de los regímenes fascistas, la propia prensa, los parlamentarios y los historiadores estadounidenses comprobaron, con base en documentos oficiales, que el gobierno de Washington había financiado ampliamente la articulación golpista en América Latina.
El ejemplo más notable de esto fue el Chile de Allende, cuando el dinero sucio de la CIA inundó el país para financiar a la oposición.
¿Cómo es posible – podemos preguntar – que una revista altamente deficitaria como Veja pueda seguir circulando con normalidad, con sus quejas semanales contra el gobierno? Y otras revistas y periódicos famosos, todos sacudidos por la grave crisis financiera?
¿Qué fuentes misteriosas mantienen en pie a algunas de estos escollos que enfrentan la quiebra? Son intrigantes preguntas que se ciernen en el aire e instigan la curiosidad general.
La historia a veces sólo se conoce mucho después de que los hechos sucedan. Basta esperar un poco para que conozca la trama secreta que une a estos nuevos cóndores.
Si un observador saliese por ahí y visitase algunos países de América Latina estaría asombrado. Donde existe un gobierno popular, la oposición se moviliza en torno a los mismos temas, la misma estrategia de desestabilización y golpe de Estado. Al igual que en la Operación Cóndor, ellos se entienden como miembros de la misma empresa.
Publicado el 31/07/2015 en América Latina, Cuba, EE.UU. y etiquetado en Brasil, Ecuador, EE.UU, Operación Cóndor, Rafael Correa, USA, venezuela. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
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