El legado del Papa Francisco a Cuba.

Ricardo Estévez*

Hoy Francisco nos deja el dulce sabor de un profeta diferente, de una visión amante de los principios, valores de los seres humanos que nos hacen dignos de la vida. Francisco nos alienta con la palabra defensora del hombre que se opone a la brutalidad y el genocidio que provocan la avaricia y la sed de poder que arrazan pueblos con sangrientas guerras.

Francisco ha calado profundamente en las almas de creyentes y ateos porque no es un discurso vano el suyo, no es otro Papa más, es un hombre de pueblo que entregó a nuestra Patria su corazón y la absoluta convicción de que sólo del hombre depende la salvaguarda del futuro, nuestra subsistencia. Hoy deja el calor abrazador de nuestra tierra, pero ciertamente, lleva en su alma impreso el calor humano de un pueblo de sacrificio, de un pueblo defensor de sus conquistas, un pueblo renovador, un pueblo que sabe escuchar, que entiende que siginifica reconciliación y esperanza, sin duda alguna un pueblo preparado para afrontar nuevos retos; como es el caso del mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, proceso que ha contado con todo su apoyo.

Ya una vez nuestro Comandante en Jefe, con esa visión futurista que lo caracteriza, nos acercó a este momento cuando, en 1973, ante la pregunta del periodista de una agencia inglesa, Brian David,  acerca de cuando se podían restablecer las relaciones entre ambos países; Fidel contestó esa frase histórica ya conocida por todos: «Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano.» Francisco tal como si hubiese estado presente en ese momento se ha encargado de jugar su papel para hacer realiadad esas palabras.

Sólo dar gracias al Sumo Pontífice por todo su apoyo al mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, a nuestra lucha por el levantamiento del bloqueo, por bendecir nuestro suelo, por la definición que hizo de nuestro pueblo, en la misa en la Plaza de la Revolución, resaltando nuestros valores y tradiciones. Gracias Francisco.

*Administrador del blog Miradas Encontradas