Willy Brandt y Donald Trump, coincidencias o realidades del espionaje
Por Arthur González/Heraldo Cubano
El fantasma del posible trabajo de los servicios de inteligencia rusos alrededor del equipo de Donald Trump, trae a la memoria un escándalo similar al que vivió el Canciller alemán Willy Brandt, en 1973.
En sus recientes declaraciones ante el comité de inteligencia del Senado de los Estados Unidos, el ex director del FBI, James B. Comey, dejó flotando en el ambiente la posibilidad de que los Servicios de Inteligencia de Rusia, estuvieran en la ejecución de acciones sobre Mike Flynn, quien fuera director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, antes sumarse al equipo de trabajo del candidato a presidente Donald Trump.
Para echarle más lecha al fuego, Comey aseguró que se sintió presionado por el propio Presidente, cuando le pidió que el FBI no prosiguiera con las investigaciones de la conexión rusa.
La crisis que en 1973 llevó a Willy Brandt a su renuncia como Canciller de Alemania, tiene elementos similares con la actual situación de Trump, quizás por coincidencias de la vida, o por las cualidades profesionales de los Servicios de la Inteligencia rusa. La vida se encargará de responder esas interrogantes.
En aquel año, los servicios de contrainteligencia de la entonces República Federal de Alemania, obtuvieron informaciones sobre la presunta actividad de espionaje para los Servicios de Inteligencia de Alemania Oriental, que realizaba Günter Guillaume, entonces asistente personal del Canciller Brandt.
Para comprobar si Guillaume era realmente un espía de la Alemania comunista, altos jefes de la contrainteligencia de Alemania Occidental, se reunieron con Willy Brandt, orientándole que tenía que seguir trabajando como de costumbre con su asistente, e incluso pasar juntos unas vacaciones privadas, hasta tanto la contrainteligencia concluyera su investigación.
Al concluir las pesquisas, Guillaume fue hallado culpable y apresado el 24 de abril de 1974. Al darse a conocer el hecho, muchos culparon a Brandt por tener un espía comunista en su círculo íntimo.
Esta situación lo hizo caer en desgracia, viéndose obligado a renunciar a su cargo el 6 de mayo de 1974, aunque se mantuvo en el Bundestag y como Presidente del SPD hasta 1987.
Brandt recibió en 1971, el Premio Nobel de la Paz por su labor en la mejoría de las relaciones con la República Democrática Alemana, Polonia y la Unión Soviética; negoció también un tratado de paz entre la República Federal de Alemania y Polonia, además de los acuerdos sobre las fronteras entre los dos países y firmó tratados paralelos y acuerdos entre la República Federal y Checoslovaquia.
En aquella etapa Brandt mejoró las relaciones con la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y con todo el bloque comunista, situación que fue vista con buenos ojos por el resto del mundo, ante la disminución de las tensiones de la posguerra, algo que alejaba el peligro de un nuevo conflicto entre los dos bloques políticos.
La estrategia seguida por el Canciller de Alemania se conoció como como “Wandel durch Annäherung”, la cual consistía en fomentar “el cambio a través de una política de compromiso” con los países comunistas del Bloque del Este, en lugar de tratar de aislarlos diplomática y comercialmente, política que imitó en el 2014 Barack Obama en relación a Cuba.
Los partidarios que apoyaron a Brandt, alegaron que aquella política había ayudado a romper en el Bloque Oriental la mentalidad de asedio, y contribuyó a incrementar su conciencia de las contradicciones del socialismo, que, junto con otros eventos, finalmente llevó a la caída del sistema socialista en los países de Europa Oriental
Actualmente, el revuelo fomentado en Estados Unidos por una supuesta intervención de Rusia en las elecciones presidenciales de noviembre del 2016, vuelve a concordar con las acusaciones que sucedieron en Alemania Federal en el año 1972, cuando Wilhelm Helms del (FDP) abandonó la coalición del Canciller, a la que se sumaron Knud von Kühlmann-Stumm y Gerhard Kienbaum, ambos políticos del FDP, quienes declararon que votarían contra Brandt, en una votación de censura.
La votación se llevó acabo, pero para sorpresa de todos, ese movimiento anti Brandt fracasó, al no alcanzar la mayoría absoluta requerida.
Tiempo después se descubrió que dos miembros del Bundestag (Julius Steiner y Leo Wagner, tanto de la CDU y la CSU) habían sido sobornados por la Stasi de Alemania Oriental, (Servicio de Inteligencia de la RDA), para que votaran a favor de Brandt.
La profesionalidad de los Servicios de Estados Unidos y de Rusia está probada, por tanto, habrá que esperar para saber quien avanzó más en sus pretensiones de lograr un tanto en ese terreno, pero es evidente que el Presidente Trump tiene importantes inversiones en Rusia y deseos de ampliarlas, para lo cual requiere de un ambiente de distención y no del enfrentamiento que tanto daño le hace a la paz mundial.
Si Willy Brandt pudo alcanzar acuerdos con el bloque del Este y mejorar la situación de todos los países involucrados, quizás Trump pretendía hacer algo similar, aunque en el tema Cuba, sus aparentes alianzas con la mafia terrorista anticubana no hacen vislumbrar un mejoramiento de las tensiones.
Los que apuestan por las buenas relaciones con la Isla, tendrán que esperar porque mentes más sensatas entiendan que es preferible vivir en paz y respeto mutuo, que continuar una intransigencia a ultranza y perder las oportunidades de un transparente intercambio mutuo, en beneficio de ambos pueblos.
No en vano José Martí expresó:
“Esperar es una manera de vencer”
Publicado el 12/06/2017 en EE.UU., Europa y etiquetado en #Brandt, #Checoslovaquia, #Guillaume, #SPD, #UniónSoviética, Alemania, EEUU, estados unidos, FBI, Polonia, Rusia, Trump, URSS, Willy Brandt. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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