Y es que el líder cubano soñó cada milímetro de la vida de esta isla con pies en la tierra y manos a la obra. Por eso hoy tenemos que nombrarlo en la vida, en los logros cotidianos de los que siempre formará parte:
«La idea de la biotecnología, que es de nuestro Comandante en Jefe, fue precisamente para elevar la calidad de vida de nuestro pueblo, a pesar del bloqueo tan férreo que hemos tenido durante tantos años, y lo hemos logrado; todos los productos nuestros comienzan por insertarse en el listado básico de medicamentos en Cuba. Nuestra biotecnología comenzó casi a la par de la biotecnología en el mundo, somos pioneros en este sentido, y está reconocida como una de las de mayor prestigio a nivel mundial y la primera en Latinoamérica», afirmó a CubaSí Amado León González, gerente de ventas de Heber Biotec, la empresa que comercializa los productos desarrollados por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
Archivos diarios: 24/11/2017
Fidel Castro / Las bases de nuestro patriotismo
Por Enrique Ubieta Gómez
A fines del siglo XIX era ya inimaginable una Revolución social auténtica que no ubicase sus sueños de redención en el ser humano, una atalaya que desborda los límites de la raza y la nación. La democracia griega excluía a los esclavos y a las mujeres y –sin extenderme en ejemplos de otras épocas– los ideólogos de la Revolución burguesa se desentendían, además, de los pueblos colonizados. Pero ni estos, ni los obreros y campesinos de las metrópolis podían emanciparse sin una concepción humanista que abarcara a todos, incluso a los explotadores y a los colonizadores. Cuando Napoleón Bonaparte aceptó, ante la beligerancia de los insurgentes, la abolición de la esclavitud en la colonia de Saint Domingue y solo en ella, Toussaint Louverture, un negro analfabeto que había sido esclavo protestó:
«Lo que queremos no es una libertad de circunstancia concedida a nosotros solos –dijo con sagacidad política, ajeno a cualquier postura pragmática y «realista»–, lo que queremos es la adopción absoluta del principio de que todo hombre nacido rojo, negro o blanco no puede ser la propiedad de su prójimo. Hoy somos libres porque somos los más fuertes. El Cónsul mantiene la esclavitud en la Martinica y en la isla Bourbon; por tanto seremos esclavos cuando él sea el más fuerte».