La colada internacional piña avileña
Cada vez más “colado” en el gusto de quienes aman la buena música, el festival que cada año tiene lugar en Ciego de Ávila empezará a romper, desde inicios de abril, su habitual perímetro para avanzar de forma progresiva hacia un muy justo y poco aprovechado alcance internacional.
Impedimento para concretar ese viejo sueño no parece haber, tras hacerse pública la noticia, este 16 de enero, en el contexto de un intercambio celebrado en el Centro Comercial La Gaviota, de Cayo Coco, donde representantes del Turismo, junto a autoridades del Gobierno en la provincia, valoraron ideas con el propósito de seguir ampliando ofertas, servicios y atractivos en el polo turístico Jardines del Rey.
Preliminarmente, el fin de semana correspondiente a los últimos dos días de marzo e inicios de abril podría enmarcar el despegue, allí, de ese nuevo espacio que, según explicó Arnaldo Rodríguez, invitado al encuentro, “no sería una extensión, como tal, del festival que se organiza en la ciudad, porque coincide con una idea ya existente para la cual concebimos un diseño adecuado al visitante extranjero”.
Animado, por coincidir esa propuesta con los 15 años de colada piña musical en Ciego de Ávila, Arnaldo añadió que, incluso, hay contactos con escuelas de baile para continuar ampliando el horizonte, de manera que, además de disfrutar la música cubana, un día el turista pueda llegar al hotel, saborear una piña colada y tener la opción de recibir clases para aprender a bailar los ritmos del país…, si lo desea.
En opinión de Raúl Pérez Carmenate, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, a medida que cobre fuerza y se arraigue ese espacio anual en la cayería norte, un apreciable número de avileños y de cubanos en general podría “moverse” hacia allí para participar en las actividades, en tanto, días después, podrían hacer lo mismo visitantes alojados en el polo a fin de asistir al programa que reserven ciudades como Morón y Ciego de Ávila.
Tal apreciación sienta, de hecho, no solo la certeza, sino, también, la necesidad de seguir organizando y asegurando el ya tradicional certamen, para cuya decimoquinta edición Arnaldo no alberga temores, más bien sorpresas y satisfacciones.
“Una de ellas —afirma— es ver con cuánto interés los jóvenes nos preguntan por el festival o la admiración con que hablan de él adolescentes que no habían nacido cuando surgió ese evento, que no es de los artistas que actúan, sino de la gente, del pueblo que lo disfruta.”
En respuesta a interrogantes de la prensa, Arnaldo aseveró que, lejos de palidecer o debilitarse, Piña Colada trasciende y se afianza como plataforma para la presentación de figuras jóvenes (como un día lo fue Leoni Torres) o consagradas (Edesio Alejandro, Litz Alfonso…) y para no cejar en propósitos como los que hoy rondan su cabeza, para que Decemer Bueno estremezca a la ciudad con todos sus portales, Buena Fe vuelva y quien sabe si hasta “cuele” algo exquisito con Rumbávila.
Alrededor de un mes y medio, en fin, nos separan de la versión número 15 del festival. En ella se trabaja y, por lo visto, no para quedarse por debajo de las anteriores.
Publicado el 19/01/2018 en Cuba y etiquetado en arnaldo rodríguez, Buena Fe, Ciego de Ávila, cuba, Edesio Alejandro, festival, Leoni Torres, Litz Alfonso, Música, Morón, piña colada, Rumbávila, salsa, Turismo. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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