Por Misión Verdad
Con bombos y platillos fue anunciada la llegada del vicepresidente estadounidense Mike Pence a la convocada reunión especial del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), con la intención de apoyar la agenda intervencionista contra Cuba y Venezuela, las dos «dictaduras» que hay en el continente según Luis Almagro, y contra el gobierno sandinista de Nicaragua.
Se suponía una sesión más amenazante con respecto a las sanciones que Pence supuestamente proclamaría como nuevo estadio en las agresiones sobre Venezuela. Sin embargo, fue más un saludo a la bandera que una verdadera movida de ajedrez para poner en jaque al gobierno del presidente Nicolás Maduro.