Una larga historia de saqueos, agresiones y oprobio (Parte II y final)
Por Miguel Angel García Alzugaray/ Razones de Cuba
Desde el triunfo de la Revolución el Gobierno Revolucionario ha denunciado la ocupación ilegal de esa porción de su territorio, el cual se ha convertido en un nido de agresiones contrarrevolucionarias contra la Mayor de las Antillas.
A partir del 1 de enero de 1959 Estados Unidos convirtió el territorio usurpado de la Base Naval en Guantánamo en foco permanente de amenaza, provocación y violación de la soberanía de Cuba, con el propósito de crearle dificultades al proceso revolucionario. Dicha Base siempre ha estado presente en los planes y operaciones concebidos por Washington para derrocar a la Revolución.
El pago simbólico anual de $3 386.25 dólares por el arrendamiento del territorio que ocupa la Base Naval en Guantánamo se mantuvo hasta 1972, cuando la parte norteamericana lo reajustó por su cuenta a $3 676 dólares. En 1973, se hizo una nueva corrección del valor del antiguo dólar de oro de Estados Unidos, y por tal razón el cheque emitido por el Departamento del Tesoro fue elevado desde entonces a $4 085.00 dólares anuales. Ese cheque se carga a la Marina de Estados Unidos, responsable operacional de la Base Naval.
Los cheques que hace el gobierno de Estados Unidos como pago por el arrendamiento, se dirigen a favor del “Tesorero General de la República de Cuba”, institución y funcionario que desde hace muchos años dejaron de formar parte de la estructura del gobierno de Cuba, y se remiten por vía diplomática cada año. El correspondiente a 1959, por simple confusión, fue convertido en ingreso nacional. Desde 1960 hasta hoy jamás se han cobrado y quedan como constancia de un arrendamiento impuesto.
La larga lista de agresiones desde la Base Naval incluye:
- Lanzamientos en territorio libre de materiales inflamables desde aviones procedentes de la Base.
- Provocaciones de soldados norteamericanos, incluyendo insultos, lanzamientos de piedras, de latas con material inflamable y disparos con pistolas y armas automáticas.
- Violación de las aguas jurisdiccionales de Cuba y del territorio cubano por embarcaciones y aeronaves militares norteamericanas procedentes de la Base.
- Elaboración de planes de autoagresión en la Base para provocar una lucha armada en gran escala entre Cuba y Estados Unidos.
- Inscripción de las frecuencias radiales utilizadas por la Base en el Registro Internacional de Frecuencias, dentro del espacio correspondiente a Cuba.
El 6 de enero de 1961 fue torturado bárbaramente por soldados yanquis en la Base Naval en Guantánamo, por el “delito” de ser revolucionario, el obrero Manuel Prieto Gómez, quien laboraba allí hacía más de 3 años.
El 15 de octubre de ese año, fue torturado y luego asesinado el obrero cubano Rubén López Sabariego.
El 24 de junio de 1962 fue asesinado por los soldados de la Base el pescador de Caimanera Rodolfo Rosell Salas.
Igualmente, la pretendida intención de fabricar una autoprovocación y desplegar las tropas norteamericanas en una “justificada” invasión punitiva contra Cuba, en todo momento tuvo como elemento detonante la Base en Guantánamo. Ejemplo de ello es una de las acciones incluidas dentro de la denominada “Operación Mangosta”, cuando el 3 de septiembre de 1962 soldados norteamericanos estacionados en Guantánamo debían disparar contra las postas cubanas.
Durante la Crisis de Octubre, la Base fue reforzada en técnica militar y efectivos, elevándose el número de estos últimos a más de 16 000 infantes de marina. Ante la decisión del Primer Ministro soviético Nikita Jruschov de retirar los cohetes nucleares desplegados en Cuba sin consultar ni informar previamente al Gobierno Revolucionario, Cuba fijó la firme posición de la Revolución en los denominados “Cinco Puntos”. En el quinto se demandaba la retirada de la Base Naval de Guantánamo.
El 11 de febrero de 1964 el presidente Lyndon B. Johnson redujo el personal cubano que trabajaba en la Base en 700 trabajadores aproximadamente. También confiscaron fondos acumulados del retiro de centenares de obreros cubanos que habían trabajado en la Base y suspendieron de modo ilegal el pago de las pensiones a los obreros cubanos jubilados.
El 19 de julio de 1964, en grosera provocación de centinelas fronterizos norteamericanos contra las postas cubanas de Guardafronteras, fue asesinado a mansalva el joven soldado de 17 años Ramón López Peña, en la casamata donde cumplía con su turno de guardia.
En circunstancias similares, el 21 de mayo de 1966, disparos provenientes de la Base dieron muerte al soldado Luis Ramírez López.
En apenas 21 días del mes de mayo de 1980, más de 80 000 hombres, 24 barcos y unos 350 aviones de combate participaron en las maniobras Solid Shield-80, que entre sus dinámicas incluyó el desembarco de 2 000 infantes de Marina en la Base Naval y el reforzamiento de dicha instalación con otros 1 200 efectivos.
En octubre de 1991, durante la celebración del IV Congreso del PCC en Santiago de Cuba, aviones y helicópteros procedentes de la Base violaron el espacio aéreo cubano sobre la ciudad.
En 1994, la Base sirvió como punto de apoyo para la invasión a Haití: la aviación militar norteamericana utilizó los aeropuertos de ese enclave. Más de 45 000 emigrados haitianos llegaron a ser concentrados en la Base a mediados del siguiente año.
Del mismo modo, en el año 1994 se produjo la conocida crisis migratoria provocada por el endurecimiento del bloqueo y los años más duros del período especial, el incumplimiento del Acuerdo Migratorio de 1984 suscrito con la administración Reagan, la considerable reducción en las visas acordadas y el estímulo a la emigración ilegal, incluida la Ley de Ajuste Cubano, facturada por el presidente Johnson hace más de 40 años.
Como consecuencia de la crisis desatada, una declaración del presidente Clinton del 19 de agosto de 1994 convirtió a la Base en un campo de concentración migratorio para los balseros cubanos en cifra cercana a los 30 000.
Finalmente, el 9 de septiembre de 1994 se suscribió un Comunicado Conjunto entre la administración de Clinton y el gobierno de Cuba, mediante el cual Estados Unidos se comprometió a impedir la entrada a su territorio de los emigrantes ilegales interceptados y a otorgar un mínimo de 20.000 visas anuales para la reunificación familiar, los que viajarían por vía segura a Estados Unidos.
El 2 de mayo de 1995, como parte de las negociaciones migratorias, los gobiernos de Cuba y Estados Unidos acordaron adicionalmente lo que esta vez se llamó Declaración Conjunta, estableciendo el procedimiento para la devolución a Cuba de todos los que continuaran intentando emigrar ilegalmente hacia Estados Unidos y fueran interceptados por los Guardacostas norteamericanos.
Quedaban establecidas las bases para un siniestro negocio: el tráfico de personas. La Ley Asesina se mantuvo. Cuba sería el único país del mundo sometido a tal medida.
Es incalculable el número de mujeres, niños y personas de todas las edades que han perecido en el próspero tráfico de inmigrantes.
A partir de la crisis migratoria de 1994, por acuerdo de ambos gobiernos se iniciaron los encuentros regulares entre los mandos militares de cada parte. Una franja del territorio sembrada de minas a veces era inundada por tormentas tropicales y ríos desbordados. No en pocas ocasiones los zapadores cubanos arriesgaron sus vidas para salvar a personas que atravesaban esa zona militar restringida por aquellos parajes, incluso con niños.
Entre 1962 y 1996, se registraron 8 288 violaciones principales desde la Base Naval en Guantánamo, incluidas 6 345 violaciones aéreas, 1 333 violaciones navales y 610 violaciones territoriales. Del total de violaciones, 7 755 se produjeron entre 1962 y 1971.
La Ley Helms-Burton, firmada por el presidente William Clinton el 12 de marzo de 1996, en el Título II sobre la “asistencia a una Cuba libre e independiente”, la Sección 201 relacionada con la “política hacia un gobierno de transición y elegido democráticamente en Cuba”, establece en su inciso 12 que Estados Unidos debe “estar preparado para negociar con un gobierno elegido democráticamente en Cuba la devolución de la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo o renegociar el acuerdo actual bajo términos mutuamente convenientes”.
En el manifiesto Juramento de Baraguá, del 19 de febrero del 2000, se expresó que “a su debido tiempo, ya que no constituye objetivo prioritario en este instante aunque es justísimo e irrenunciable derecho de nuestro pueblo, el territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo debe ser devuelto a Cuba”.
En esos tiempos el pueblo cubano estaba enfrascado en la lucha por el regreso del niño secuestrado Elián González y las consecuencias económicas del brutal bloqueo.
Centro de detención y tortura
En la esfera internacional ocurrieron dos acontecimientos que han incidido sobre la situación en esa base: la Guerra de Kosovo en 1999 y la guerra en Afganistán y más tarde en Irak después de los atentados terroristas del 11 de septiembre.
En la primera se produjo un gran número de refugiados kosovares. El Gobierno de Estados Unidos, tomó la decisión de utilizar la base como albergue para un número de ellos. Tales decisiones se toman siempre unilateralmente. Nunca se solicita a Cuba opinión previa, ni siquiera se le informaba. Pero en esa ocasión, por vez primera, se comunicó la decisión tomada, argumentándose los motivos de la misma. La respuesta fue constructiva. Aunque opuesta a aquella guerra, Cuba no tenía razones para oponerse a la ayuda que pudieran necesitar los refugiados kosovares. Ofreció incluso la cooperación si fuese necesario para la atención médica o cualquier otro servicio que necesitaran los mismos. Finalmente no fueron enviados a la base naval de Guantánamo.
Comenzando el 2002, una pequeña porción de la base fue usada para albergar dentro de los campos X – Ray (Rayos X), Delta y Echo (Eco), a prisioneros sospechosos de nexos con Al – Qaeda y el ejército talibán que fueron capturados en Afganistán.
El estatus legal tan peculiar de la Base Naval de Guantánamo fue un factor para elegirla como centro de detención. Debido a que la ilegal Base de Guantánamo reside en Cuba, el gobierno estadounidense argumentó que la gente detenida en Guantánamo se encontraba legalmente fuera de su país y no tenían los derechos constitucionales que tendrían si estuvieran detenidos en él. Durante 2004, la Corte Suprema rechazó este argumento en el caso Rasul contra George W. Bush, con la decisión mayoritaria, y se estableció que los prisioneros en Guantánamo tengan acceso a cortes estadounidenses, citando el hecho de que Estados Unidos tiene el control exclusivo sobre la Base de la Bahía de Guantánamo.
Estados Unidos clasifica a los prisioneros encerrados en los campos Delta y Echo como combatientes enemigos ilegales, pero no contemplan al artículo 5 del tribunal que se requiere por la Ley Internacional para avalarlos. Esto otorga a los prisioneros los derechos de la Cuarta Convención de Ginebra (GCIV), en oposición a la Tercera Convención de Ginebra (GCIII), que trata exclusivamente sobre prisioneros de guerra.
El 9 de noviembre de 2004, el juez James Robertson de la Corte de Distrito de Estados Unidos estableció que la administración de George W. Bush sobrepasó su autoridad al tratar a dichos prisioneros como combatientes enemigos en un tribunal militar y negarles el acceso a las pruebas usadas contra ellos. Está comprobado que muchos prisioneros fueron trasladados a la Base en vuelos secretos de la CIA con complicidad de varios gobiernos europeos.
El 30 de noviembre de 2004, The New York Times publicó extractos de un memorando interno de la administración de Bush, en el que se refería a un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El informe indicaba varias actividades en las que, se dice, eran “equivalentes a tortura”: exposición de ruidos o música molesta, temperaturas extremas por tiempo prolongado o palizas. También se informó de la existencia de un equipo científico de comportamiento (BSCT), también llamado Biscuit, y la comunicación de información médica confidencial a los equipos de interrogación por parte de los médicos de la base (debilidades, fobias, etc.), dando por resultado la pérdida de la confianza a los médicos por parte de los presos en la base.
El acceso del CICR a la base fue condicionado, dado que es normal para las operaciones humanitarias del CICR que los informes sean confidenciales, algunas fuentes informaron sobre discusiones que tuvieron lugar en los cuarteles generales del CICR, ya que algunos de los involucrados querían hacer público el informe, o enfrentarse a la administración de Estados Unidos. Los periódicos publicaron que la administración y el Pentágono vieron el informe del CICR en julio de 2004, pero rechazaron sus conclusiones. La historia apareció originalmente en varios periódicos, incluyendo The Guardian, del Reino Unido, y el CICR reaccionó hacia el artículo cuando éste se filtró en mayo.
En mayo del mismo año, el Comité de la ONU contra la Tortura pidió a Estados Unidos que cerrara el centro de detención de Guantánamo por violar la legislación internacional. El 10 de junio del 2006, tres prisioneros musulmanes (dos sauditas y un yemenita) se suicidaron dentro de la base. El contralmirante de la base naval mencionó que se trató de “un acto de guerra asimétrica”; sin embargo estos suicidios levantaron las críticas de la Unión Europea, que a través de su representante, Javier Solana, calificó como una ligereza considerar los suicidios como un acto de propaganda.
En noviembre de 2010 el expresidente estadounidense George Bush defendió públicamente el uso de interrogatorios con métodos violentos en la cárcel, insistiendo en que la información que obtenida de esta manera ayudaba a evitar atentados terroristas.
El después presidente Barack Obama, anunció, durante su campaña electoral, el cierre definitivo de la Prisión de Guantánamo en un plazo no mayor a un año. Al llegar al poder suspendió los juicios que se desarrollaban en la misma. Sin embargo, cuatro meses después de dicho arreglo, anunció el restablecimiento de la prisión. A finales de 2010 el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, declaró que la prisión en la base americana de Guantánamo no sería cerrada en un futuro cercano. Argumentó problemas de carácter jurídico y legislativo que impedían transportar y mantener después a los presos.
En 2011 el ex prisionero turco – alemán Murat Kurnats denunció a la prensa que en la Base se llevaban a cabo experimentos médicos ilegales contra los prisioneros.
Es significativo señalar que el Senado de EE.UU. concluyó que esos modos de interrogatorios carecen de eficacia y determinó que no existe ninguna relación entre el éxito de las operaciones de su país y la información que obtuvo en interrogatorios con prácticas extremas.
A finales de diciembre de 2016 Obama logró transferir prisioneros de Guantánamo a terceros países a pesar de la negativa del Congreso de Estados Unidos de financiar en 2017 el cierre de la cárcel donde en la actualidad permanecen decenas de reclusos.
En ocasiones anteriores el jefe de la Casa Blanca se había manifestado en contra de la posibilidad de cerrar o de liberar personas de la prisión, situada ilegalmente en Cuba.
Ahora que el presidente estadounidense Donald Trump ha dicho que no cerrará el centro de detención de la base naval, sus autoridades planifican mejoras para que siga funcionando por tiempo indefinido.
En particular, se planea la construcción de nuevos cuarteles a partir del año que viene. Y el Pentágono le pidió al Congreso fondos para una nueva unidad carcelaria de máxima seguridad, pensada para alojar detenidos que probablemente envejezcan allí, algunos tal vez sin haber sido condenados por delito alguno.
El presidente Donald Trump dijo en enero que mantendría la prisión de Guantánamo abierta y permitiría la llegada de más reos, tras lo cual las autoridades militares se abocaron a planificar el futuro de la polémica instalación que el gobierno de Barack Obama intentó cerrar.
Funcionarios de la base hablaron de los planes de una manera inusualmente franca al recorrer con un grupo de periodistas la instalación donde todavía hay 40 reos detrás de muros muy altos y alambres de púas en la costa sudoriental de Cuba.
“Tenemos que hacer planes a largo plazo”, declaró el coronel del ejército Stephen Gabavics esta semana. “Tenemos que tener un plan estén o no el resto de sus vidas aquí”.
De conformidad con lo expuesto, parece que 120 años de saqueos, agresiones, asesinatos, torturas y oprobio no bastan al insaciable Imperio yanqui que pretende perpetuar su nefasta presencia en la Base Naval de Guantánamo.
Como aseverara el Comandante en Jefe Fidel Castro en su reflexión del 2007, “El imperio y la isla independiente”: “la base de Guantánamo es un área empleada por el imperio para asegurar su predominio político y económico sobre la región, a pesar de las permanentes denuncias de la Revolución y del pueblo cubano”.
Convencidos de que la razón y la justicia están de nuestra parte, los dignos cubanos que amamos a nuestra Patria, seguiremos reclamando por todas las vías posibles, la devolución de esta parte ilegalmente ocupada del territorio de nuestra isla , así como denunciando las innumerables atrocidades y violaciones de los derechos humanos que se cometen en sus instalaciones.
Como la gota de agua cristalina, que de tanto golpear, perfora la dura roca de granito, así nuestra exigencia se abrirá paso, y más temprano que tarde, estoy seguro que la hermosa enseña nacional de la estrella solitaria, ondeará por fin orgullosa en el territorio de la Base Naval de Guantánamo.
Publicado el 19/06/2018 en Relaciones Cuba-Estados Unidos y etiquetado en #Ley de ajuste cubano, cuba, estados unidos, Guantánamo, Haití, Santiago de Cuba, Washington. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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