De tal palo, tal astilla (Parte II y Final)
Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente electo de Brasil y diputado de ese país por estado de Sao Paulo, votó a favor del proceso de destitución de Dilma Rousseff.
Por Miguel Angel García Alzugaray
Con casi 700.000 seguidores en las redes, Bolsonaro hijo -abogado, policía federal, militante del Partido Social Liberal y, desde 2015, diputado- se ha transformado en uno de los políticos más controvertidos de su país. Y es que el heredero de Jair Bolsonaro no sólo ha provocado controversia por incitar a la destitución de la ex presidente brasileña, o “resguardarse” en el Congreso con una pistola y defender la dictadura militar, sino también porque sus “valores” le han llevado a rechazar cualquier revolución social que vaya en contra de su conservadurismo.
Guerra contra las minorías
“[En el feminismo] es un error que una mujer quiera ser igual al hombre. Nunca será”, redactó en octubre de 2016, desatando una ola de críticas, mientras que ese mismo año tampoco temió declarar que el movimiento feminista “sólo sirve para representar a partidos políticos y no a las mujeres”. De la misma forma, también ha opinado que ser feminista es sinónimo de ser abortista y que quienes abogan por el aborto persiguen propósitos personales. “¿Qué tiempos son estos, donde el placer del sexo está por encima de la vida humana y la falta de dinero puede justificar un asesinato?”, comentó este 2018.
Asimismo, en su afán por desacreditar al multitudinario movimiento #EleNão, aseveró que las mujeres de derecha “son más higiénicas que las de izquierda”.
“Ellas no protestan con el pecho descubierto ni defecan cuando lo hacen”, declaró hace unos días, lo que instó a los medios locales a revivir sus viejos tropiezos.
Como cuando fue demandado ante los tribunales, en abril de 2018, por amenazar a su ex pareja, Patrícia Lélis, a través de Telegram, con adjetivos como “puta” y “vagabunda”, además de frases como “vete al infierno, perra”.
Aunque Eduardo Bolsonaro insiste que existe un boicot en su contra y que él no es el misógino que las feministas han “inventado”. De hecho, hace dos años grabó un vídeo en el que lava la ropa y los platos, en un intento de demostrarlo.
Por otra parte, las mujeres no han sido las únicas víctimas de las falacias de Eduardo Bolsonaro, también lo han sido los homosexuales, a quienes acusa, desde 2014, de querer convertirse en “una super raza” y “buscar privilegios travestidos de derechos”. Igualmente, se ha mostrado reticente a la unión entre personas del mismo sexo, por miedo a que el matrimonio se convierta en libertinaje “y después se casen entre tres o cinco personas”.
Como consecuencia, Eduardo Bolsonaro también ha decidido emprender una cruzada en contra de la educación sexual: “Ayudadme a impedir la ideología de género, la erotización precoz de nuestros niños y el marxismo cultural”, pidió.
Para los rivales de Bolsonaro resulta escandalosa su fijación por las armas y sus ganas de legislar sobre ellas. Así, a comienzos de 2017 visitó a algunos brasileños propietarios de armamento en EEUU para demostrar que “poseer revólveres salva vidas”.
Sus detractores temen que Bolsonaro se vuelva incluso más poderoso en este nuevo ciclo como diputado. Más aún cuando su padre acaba de alcanzar el Olimpo de la política brasileña y convertirlos en los hombres más intocables (y conservadores) del otro lado del Atlántico.
Eduardo Bolsonaro, es el mismo que habló de una medición de fuerzas bajo la hipotética situación en que los tribunales no permitieran que su padre asuma la presidencia del país.
En concreto Eduardo Bolsonaro protagonizó una fuerte polémica por decir que basta con mandar “un soldado y un cabo” para cerrar la Corte Suprema de Brasil, durante una conferencia que se viralizó en redes sociales y medios.
En un video grabado antes de la primera vuelta de las elecciones, Eduardo Bolsonaro responde a una persona que pregunta si el Ejército podría actuar sin ser llamado, en caso de que su padre fuera impedido de asumir por alguna decisión de la máxima corte del país. “El personal hasta bromea allí: si uno quiere cerrar el STF (Supremo Tribunal Federal), uno no manda un jeepe, manda un soldado y un cabo. Sin desmerecer al soldado y al cabo”, respondió.
Tras la difusión del video, numerosos políticos y personalidades condenaron las declaraciones. El magistrado Celso de Mello, miembro del máximo tribunal del país, indicó que la afirmación fue “inconsecuente y golpista” y subrayó que la alta votación que recibió el diputado no le da luz verde para realizar “embestidas contra el orden político-jurídico”.
A su vez, la presidenta del Tribunal Superior Electoral (TSE), la jueza Rosa Weber, que es además magistrada en el Tribunal Supremo, afirmó que “todos los jueces honran la toga y no se dejan intimidar con cualquier manifestación”.
Por otro lado, el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) subrayó en redes sociales que las declaraciones de Eduardo Bolsonaro “merecen repudio de los demócratas”.
“Predica la acción directa, amenaza al STF. No apoyo chicanas contra los vencedores, pero estas cruzaron la línea, huelen a fascismo. Tienen mi repudio”, escribió el exmandatario en su perfil de Twitter.
Los Bolsonaro, una familia de corruptos
Mientras tanto, una denuncia de corrupción salpica a otro hijo de Bolsonaro: su chofer no puede justificar el dinero de su cuenta bancaria el escándalo estalló por una investigación en el marco de la causa Lava Jato Jair Bolsonaro y su entorno familiar recibieron con preocupación la denuncia sobre la abultada cuenta bancaria del chofer de uno de sus hijos, según una investigación de la causa Lava Jato. El diario Estado de San Pablo informó que el policía Carlos de Queiroz, chofer del flamante senador Flavio Bolsonaro, tenía en su cuenta bancaria 1,2 millones de reales (300 mil dólares) un monto incompatible con sus ingresos.
La información fue presentada por el Coaf, organismo de control financiero perteneciente al Ministerio de Hacienda, a los investigadores de Lava Jato.
Esa denuncia causó “tensión” en la familia Bolsonaro que ya fue “mencionada en otros casos” sospechosos en los últimos días, uno de ellos sobre “la futura primera dama Michelle Bolsonaro”, dijo hoy la periodista Mónica Bergamo, en radio Bandeirantes.
De acuerdo con la reportera la alta suma de dinero del chofer de Flavio Bolsonaro “abrió margen para sospechas” que por lo pronto no fueron respondidas.
El diputado estadual Flavio Bolsonaro fue electo senador en los comicios de octubre y la denuncia publicada el jueves en Estado de San Pablo dio lugar a un pedido de investigación promovido por el opositor Partido de los Trabajadores.
En este sentido, Jair Bolsonaro el presidente electo de Brasil se vio obligado a negar acusaciones sobre maniobras de evasión fiscal. Habló de un “error humano” aludiendo al dinero de origen dudoso que un policía depositó en la cuenta de su esposa.
El presidente electo de Brasil, asumió este sábado la “responsabilidad” por el dinero de origen dudoso que un policía depositó en la cuenta de su esposa y habló de un “error humano”.
“Si erré, fue error humano; si erré, asumo la responsabilidad, no hay problema”, dijo Bolsonaro, quien agregó que está dispuesto a corregirlo y “asumir la responsabilidad ante el Fisco”, al ser consultado en una conferencia de prensa sobre la transferencia que hizo el policía retirado Fabricio Carlos Queiroz a una cuenta de su esposa Michelle De Paula Firmo, según informó la agencia Ansa.
“No lo puse en mi cuenta porque tengo dificultades para ir a los bancos, para andar por la calle. Entonces, lo dejé para mi esposa. Pero nadie recibe dinero sucio con un cheque nominal”, declaró para subrayar que no habría en ese asunto ningún acto de corrupción.
En lo que respecta a Eduardo Bolsonaro, a pesar de sus intentos por mostrarse como una persona íntegra, continúa siendo cuestionado por su supuesta entereza moral. Sobre todo, después de que el portal UOL desvelara que su patrimonio aumentó en un 432% desde 2014. “Claro que mi evolución ha sido grande”, reconoció en Twitter. No tardó en denunciar que la cifra es incorrecta y que “sólo podría alcanzar ese número en 40 años”.
Las comprometedoras situaciones que se presentan con las finanzas de los Bolsonaro, condicionan que algunos analistas comienzan a pensar que una familia de corruptos se ha adueñado con la ayuda de la CIA del poder en Brasil.
Como se observa de lo expuesto,en el caso de las facetas negativas de Eduardo Bolsonaro y su padre Jair Bolsonaro, no es fácil determinar dónde empieza uno y termina el otro, por lo que bien les cabe el conocido refrán: “!De tal palo, tal astilla!”.
En cuanto a sus agresivas declaraciones contra nuestra Patria, como es sabido del dicho al hecho va un largo trecho. No obstante, sería conveniente que alguien le aconsejase a este politiquero carioca de pacotilla, que un pueblo como el cubano que peleó 30 años con el machete en la mano para conquistar su independencia, que junto con nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro y el General de Ejército Raúl Castro barrió primero a la sangrienta tiranía de Batista, sepultó en las arenas de Playa Girón a los mercenarios entrenados y armados por Washington, y ha resistido durante casi 60 años las agresiones de todo tipo orquestadas por sucesivas administraciones yanquis, no se deja amedrentar por las histéricas amenazas de un grotesco fantoche de Donald Trump.
Por ser sólo repugnantes excrecencias humanas, tanto Eduardo Bolsonaro como su progenitor, están condenados a terminar como otros lacayos de la Casa Blanca, en la más hedionda letrina de la historia.
(Tomado de Razones de Cuba)
Publicado el 14/12/2018 en Brasil y etiquetado en Brasil, CIA, cuba, Donald Trump, Eduardo Bolsonaro, EEUU, Fidel Castro, Jair Bolsonaro, Raúl Castro, Twitter, Washington. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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