Por La Jornada
En la peor crisis desde que asumió la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro considera que el intento de la derecha de formar un gobierno paralelo en su país es expresión del conflicto entre la independencia y la soberanía de Venezuela y la intención imperial estadunidense de recolonizar esa nación.
En entrevista exclusiva con La Jornada, el mandatario bolivariano rechaza que Venezuela sea una dictadura, se violen los derechos humanos o exista una crisis humanitaria. Según él, los políticos que hoy están presos son los organizadores de un golpe de Estado violento, que asesinaron, quemaron vivas a muchas personas y destruyeron propiedades. La inmensa mayoría de los medios de comunicación –asegura– están en manos privadas, en su mayoría opositoras. Y la llamada crisis humanitaria
es un show montado por el Comando Sur para justificar una intervención militar.
Presente en la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador, el mandatario venezolano cuenta que no asistió a la ceremonia de investidura en la Cámara de Diputados para evitar una agresión en su contra que habría tapado el carácter histórico del triunfo del político mexicano.