Del Editorial Granma
El 1ro. de marzo de 1958, la columna Seis Frank País, comandada por Raúl Castro, partió de un punto del macizo montañoso del sur de la provincia de Oriente con una misión de Fidel. Conjuntamente con esa columna cambiaban de posición las dirigidas por el propio Fidel Castro, la Columna 1 José Martí, y la de Juan Almeida. Las tres estuvieron unas cuantas horas caminando juntas hacia un sitio determinado con dirección noroeste. Pronto iban a producirse instantes de gran emoción para los expedicionarios del Granma. Después de cinco años de estar juntos siempre, aun para estos bravos, el momento era difícil. Raúl Castro, en su Diario de Guerra, lo definió así:
«Lo más duro para mí era separarme de Fidel y de Almeida y ver que se alejaban y que quizá no los volviera a ver. Para Fidel fue tan difícil, que durante todo el trayecto no hizo otra cosa que tratar de restarle importancia al asunto, pero no podía disimular su estado de ánimo. A la hora señalada me dio un fuerte abrazo. Cuando proseguí hacia el norte, luego de separarme de Almeida, unos días después que lo hice de Fidel, aunque íbamos en grupo, mi único compañero era el recuerdo de seis años de lucha juntos…».
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