El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla fue enérgico ante la Asamblea General de la ONU, el pasado 1ro. de noviembre, al reafirmar que «los EE.UU., donde se cometen flagrantes violaciones de los derechos humanos que suscitan profunda preocupación de la comunidad internacional, no tienen ni la más mínima autoridad moral para criticar a Cuba, un país pequeño, solidario, de amplia y reconocida trayectoria internacional; un pueblo noble, trabajador y amistoso».
En referencia al discurso injerencista, irrespetuoso y agresivo de la embajadora norteamericana, añadió: «Habla ella a nombre del jefe de un imperio que es responsable de la mayor parte de las guerras que se libran hoy en el planeta y que asesinan inocentes, y es el factor decisivo de inestabilidad mundial y de gravísimas amenazas a la paz y a la seguridad internacional, pisoteando el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas que cínicamente ella acaba de invocar».