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El corazón de un país
Tomado de Cubahora/Por Leticia Martínez Hernández
Cuando crees que respondiste las preguntas más difíciles, ella te lanza otra, la más terrible: “¿Mamá, que hay en esa cajita?”. El corazón de un país, mi niña, le respondo con inmensas ganas de llorar. Ella se acerca, me abraza. Sabe que algo feo pasa, porque se supone que los padres no lloren.
No hablé más, pero quise decirle que ahí va Fidel, que esas son sus cenizas, que esa es su bandera y su pueblo; que su familia está destruida; que el rostro de Dalia, su esposa, es el rostro del dolor más hondo; y que el saludo marcial de Raúl al despedirlo es el compromiso en estado puro.