Los curazaleños tuvieron un claro dominio del balón, apoyados en el buen toque y los pases más certeros de su volante creativo Vidarell Merencia, quien se adueñó a su antojo del mediocampo y devino jugador más peligroso para los defensores cubanos.
Fue un partido el de este miércoles de muy pocas llegadas al área chica por parte de ambos conjuntos. Cuba pecó de jugar al balonazo, apenas lo tocaron tres veces sucesivas y así no podían ni podrán llegar jamás los ansiados goles.