Con el ingreso de «ayuda humanitaria» como telón de fondo, el 23 de febrero se inauguró otro falso positivo en la frontera entre Venezuela y Colombia para incitar una intervención militar de Estados Unidos.
La frontera venezolana en sus tres salidas (Colombia, Brasil y el Mar Caribe) fue el eje de la operación que suponía la consagración de Juan Guaidó como «presidente interino» y la instalación del paraestado edificado por el vicepresidente estadounidense Mike Pence.
Mientras que el componente naval de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) contuvo el ingreso de un buque de Puerto Rico en aguas territoriales venezolanas, y en Brasil las autoridades militares colaboraron con su contraparte venezolana para mitigar reductos de violencia en la frontera compartida, Colombia quedó como el único frente para fraguar una excusa para la intervención.