La “cabeza” entera, como la solemos llamar en el país, recibe el nombre de bulbo de ajo, integrado por varios segmentos, denominados popularmente dientes.
Según páginas digitales, en la Antigua Grecia, Hipócrates, considerado el Padre de la Medicina, solía recomendarlo para tratar diversas enfermedades e infecciones.
Especialistas aseguran que su consumo puede evitar el Alzheimer, mejorar el rendimiento físico y reducir el colesterol y la presión sanguínea, con efectos positivos en la prolongación de la vida.