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Exilio y Disidencia: ¿Como quedo yo?
A unas pocas horas de que Cuba y Estados Unidos contaran con sus respectivas embajadas en Washington y La Habana, desde la madrugada de este 20 de julio y que el restablecimiento de vínculos diplomáticos fuese un hecho tan cierto como lo es la existencia de profundas diferencias y el inicio de un proceso seguramente convulso para la normalización plena de relaciones, aún quedan “cuatro gatos” que se preguntan de que lado estar, o mejor dicho, en que lado les han “abandonado”.
Esos cuatro gatos, que en realidad son el doble si contamos que están duplicados en Miami y en La Habana, no acaban de entender que son precisamente sus maullidos y el irracional bloqueo sobre Cuba lo único que perdura de aquella mal recordada guerra fría, que son sus maullidos y la Base Naval de Guantánamo lo que va restando por desaparecer.
¿Pero en realidad quienes son este grupo de “inconformes felinos”?. ¿La Berta Soler? ¿Rosa María Payá? ¿Antonio Rodiles? ¿Yoani Sanchez? ¿Cuesta Morúa? ¿Antunez? ¿Quiénes? ¿No eran ellos subordinados del Gobierno de Estados Unidos? Efectivamente, y aquí aparece una milenaria enseñanza: “Un mercenario siempre se vende al mejor postor”. Antes del 17 de diciembre del 2014 coqueteaban con Obama y su gabinete, desesperados por tener una foto junto a un funcionario de nivel, en un claro afán de satisfacer ansias de protagonismo y avalar los miles de dólares que perciben, pero ahora las cosas han cambiado, la Casa Blanca ha tenido en cuenta los reportes de su inteligencia que confirman que la autodenominada “disidencia” no representa absolutamente a nadie y que solo “luchan” por las visas y los billetes, han quedado fuera de la “nueva estrategia” y han sido simplemente “despedidos”, “desechados”. Lee el resto de esta entrada