Despertar de la izquierda.

Syriza

Arthur González/El Heraldo Cubano

Una fuerte pesadilla irrumpió en los sueños de los amos del mundo, al conocer la noticia de que la unión de los partidos de izquierda griegos triunfó en las recientemente elecciones, algo impensable para quienes han llevado a ese país a la banca rota.Nubes rojas cubren ahora el horizonte europeo, hasta hace poco ensombrecido por el capitalismo salvaje. Las masas oprimidas poco a poco toman conciencia de que unidas pueden cambiar su futuro.

Después de Grecia, el pueblo español es el que más sufre las políticas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, seguido de Italia y Portugal, países donde la CIA logró mediante la Operación Gladio, multiplicar por cero al Partido Comunista, imponiendo hábilmente como resultado del reclutamiento de personas convertidas en líderes, a Partidos Socialdemócratas como hicieron con el Partido Socialista Obrero Español.

Los españoles agobiados por el creciente desempleo, el aumento de la pobreza y la pérdida de los estándares de vida alcanzados en décadas pasadas, se unen poco a poco en un nuevo partido muy similar al griego, donde las fuerzas de izquierdas emergen del letargo en que se encontraban, en parte provocado por medidas habilidosas ejecutadas por los Servicios de Inteligencia Norteamericanos, en estrecha alianza con sus homólogos europeos creados a su imagen y semejanza.

El pasado sábado 31 de enero, la Puerta del Sol se convirtió en tribuna para la voz del pueblo llamando a luchar contra la aprobación de la llamada “Ley Mordaza”, esa que limita la libre expresión que tanto le reclaman a países que no se dejan poner la bota imperial sobre su cuello.

Como se sabe, la llamada “Ley Mordaza” impide que los españoles puedan manifestarse con entera libertad, ante la posibilidad de ser multados con altísimas sumas de euros, algo que no ven ni escuchan las organizaciones de derechos humanos radicadas en Madrid y que solo atacan a Cuba.

A diferencia de lo que hace Estados Unidos con la mayor isla del Caribe, España no es condenada por la salvaje represión que ejecuta contra los que se atreven a protestar, ante los continuos recortes del presupuesto para salud y educación, por solo citar dos de los más significativos.

El hecho de que la policía española, armada hasta los dientes, emplee gases lacrimógenos contra pacíficos trabajadores, estudiantes, jubilados y amas de casa; arremeta con porrazos partiendo cabezas, brazos y narices, no es suficiente para generar campañas de prensa en condena por tanta brutalidad y la violación de los derechos humanos.

Al observar la toma de conciencia de las masas griegas y de los 6 millones de desempleados españoles, nos viene a la mente el concepto expresado por José Martí, cuando dijo:

“Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre”.

Publicado el 04/02/2015 en Interés Mundial, Opiniones y etiquetado en , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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