No hay mejor frase para ilustrar este año para los cubanos que la que disparó en su discurso de cierre del parlamento cubano el Presidente de la República. Hemos vivido 61 años de permanente agresión del imperio contra nuestro pueblo y nuestra Patria, pero pocos han acumulado tal intensidad y cúmulo de medidas anticubanas como las del 2019 que concluye.
El visceral odio y la histórica apetencia imperial por nuestra nación se ha unido al poder acumulado dentro de la administración Trump por un grupo de personeros de la peor ralea política estadounidense y con un profundo e irracional rencor contra la Revolución cubana.